Sepúlveda fue un importante enclave defensivo durante la Edad Media. Aún conserva tramos de la muralla y algunas de las famosas Siete Puertas que la cerraban, siendo las más representativas la del Azogue, la Fuerza o el Río considerada la principal de la Villa.
La puerta del Azogue está situada al final de la Calle Barbacana. En esta calle se encuentra uno de los lienzos mejor conservados de la muralla, construcción árabe datada del siglo X, aunque cuenta con modificaciones posteriores. Supone la continuación del castillo. Hoy en día la calle Barbacana es una de las principales vías de Sepúlveda y el lugar por donde transcurren los tradicionales encierros. Este tramo de la muralla desemboca en la Puerta del Azogue, palabra que significa mercado, por lo que se ha interpretado que en las proximidades de esta puerta se ubicaría el mercado intramuros. La puerta es románica aunque el conjunto original se alteró al convertirse los cubos en viviendas.
Cuando te acerques a ella, fíjate en los potentes sillares de los laterales, procedentes de la antigua ciudad romana de Los Mercados en la
vecina Duratón. Observa el ensamblaje de los mismos, la robustez y fortaleza que transmite, cierra los ojos y piensa lo que debían sentir las gentes que esperaban a sus enemigos en la zona alta
de la muralla, en el adarve.
Se le llama también Arco del Ecce Homo porque hasta el siglo XIX había una representación de Cristo como Ecce Homo, es decir Cristo con las heridas de la pasión presentado ante la
muchedumbre por Poncio Pilatos.
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