Es otra de las puertas de la muralla, da paso al Barrio de San Esteban. Está considerada una de las puertas más importantes de la Villa. En uno de sus cubos se abre una hornacina que da cabida a la Virgen de las Pucherillas.
Desciende al Barrio de San Esteban, piérdete por sus callejuelas y rincones. Una vez en la Plaza de las Pucherillas, verás la Puerta del Río, un arco cuya base es en parte la roca caliza tan presente en Sepúlveda. Si es de día comprobarás que es un auténtico balcón a la Ribera del Río Caslilla, si es de noche su embrujo te cautivará.
La Virgen de las Pucherillas, se cree que recibe ese nombre, porque tradicionalmente se iluminaba esta imagen introduciendo velas en pequeños pucheritos de barro.
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